El comedor escolar es un servicio complementario de carácter educativo, cuya existencia y reconocimiento viene recogido en el artículo 65 de la Ley Orgánica 1/1990 de 3 de Octubre, de ordenación general del sistema educativo como un servicio que presta la administración educativa y que contribuye a una mejora de la calidad de la enseñanza.
Dicho servicio, además de ser un factor importante para la escolarización, desempeña una destacada función social y educativa.
Los comedores escolares constituyen uno de los espacios más eficaces para favorecer estilos de vida saludables en niños y adolescentes.
Los niños realizan en la escuela su comida principal durante cinco días a la semana. Así que uno de los papeles fundamentales del centro en el entorno de los comedores escolares será aportar al alumno información, formación y todos aquellos valores que sean necesarios para desarrollar una vida lo más saludable posible. Algo que siempre debe ser complementado por las familias y en el ámbito del hogar.
Es esencial que la educación de hábitos alimentarios saludables se lleve a cabo tanto en casa como en la escuela. Y va más allá, la educación exige de la familia paciencia, dedicación, constancia, disciplina, no hacer concesiones inaceptables y respeto por el apetito de la persona siempre que su ritmo de crecimiento y desarrollo se encuentre dentro de la normalidad.
Además de asegurar el aporte equilibrado de alimentos, los comedores juegan un papel fundamental en la promoción de una buena educación nutricional del alumnado.
Otras finalidades de los comedores escolares son el desarrollo de hábitos y actitudes saludables en el alumnado; garantizar una dieta sana que favorezca la salud y el crecimiento; desarrollar el compañerismo, el respeto y la tolerancia.
Y todo ellos debe darse en un entorno propicio para llevar a cabo actividades pedagógicas relacionadas con la nutrición, para que los alumnos puedan darle al alimento el valor nutricional y social que tiene.